Si sueles navegar por Internet, seguro que tarde o temprano te tropezarás con algún tipo de pornografía.
Hasta los que están más decididos a evitar la pornografía, pueden sentir la tentación de verla.
Conclusión: Ahora es más difícil evitar la pornografía que cuando tus padres o abuelos eran jóvenes. La cuestión es: ¿serás capaz de rechazarla? (Salmo 97:10.)
Realidad: Ver imágenes porno es como fumar, solo que en lugar de dañar tus pulmones, daña tu mente, la contamina. La pornografía siembra en ti un concepto degenerado y corrompido del sexo, el cual Dios creó para que dos personas que se aman se unan más y deseen permanecer juntas (Génesis 2:24). Hasta puede hacer que te empiece a parecer bueno lo que es malo. Por ejemplo, algunos expertos aseguran que a la mayoría de los hombres que tienen la costumbre de ver pornografía no les parece tan grave el maltrato a la mujer.
La Biblia habla de ciertas personas que han “llegado a estar más allá de todo sentido moral” (Efesios 4:19). Son individuos que han dejado que su conciencia se haga tan insensible que ya no les duele hacer cosas malas.
Mito: La pornografía te enseña cosas útiles sobre sexualidad.
Realidad: La pornografía te enseña a ser codicioso, es decir, a no estar satisfecho con nada. Te lleva a ver a las personas como simples objetos que están ahí para satisfacer tus deseos sexuales. Es más, según un estudio, quienes ven pornografía suelen tener más dificultades para encontrar satisfacción sexual una vez casados.
La Biblia dice que los cristianos tienen que rechazar por completo todo lo que tiene que ver con “fornicación, inmundicia, apetito sexual [indecente], deseo perjudicial y codicia” (Colosenses 3:5). ¿Y no es eso lo que promueve la pornografía?
Las personas que rechazan la pornografía tienen un buen concepto del sexo. Para ellas es un regalo que Dios ha dado al esposo y la esposa con el fin de fortalecer el vínculo y el compromiso que los une. Cuando se casan, estas personas suelen disfrutar más de las relaciones sexuales que los que ven pornografía.
La Biblia habla sin tapujos sobre el sexo. Por ejemplo, le dice a los hombres casados: “Disfruta con la esposa de tu juventud, y [que] su amor te cautive sin cesar” (Proverbios 5:18, 19, La Palabra).
¿Y si para ti la tentación de ver pornografía es demasiado fuerte?
No lo dudes, tú puedes resistir la tentación de ver pornografía. Y si ya has caído, puedes dejar de verla. Vale la pena intentarlo, pues saldrás ganando.
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